Una Jornada por el bien comun

 Durante nuestra visita al Cantón El Pezote, vivimos una experiencia que nos permitió comprender el verdadero sentido del Bien Común. Al compartir con las familias y entregar la ropa recolectada, sentimos que no solo llevábamos objetos, sino esperanza y cercanía humana. Cada sonrisa reflejaba que el bienestar de una comunidad se construye cuando las acciones buscan el bien de todos, no el interés individual. Trabajar por el bien común es reconocer que la felicidad y la dignidad de cada persona también son responsabilidad nuestra.

En esta vivencia entendimos, además, el Destino Universal de los Bienes: todo lo que poseemos tiene un propósito más allá de nosotros mismos. Los recursos, el tiempo y los talentos deben servir para mejorar la vida de otros, especialmente de quienes más lo necesitan. Desde la Subsidiariedad, aprendimos que ayudar no significa sustituir, sino fortalecer. Acompañamos a la comunidad respetando su autonomía y reconociendo sus capacidades, apoyando con humildad las iniciativas que ya estaban en marcha.

Por último, esta experiencia nos unió en Participación y Solidaridad auténtica. Cada integrante del grupo, cada donante y cada habitante del cantón formaron una red de colaboración y amor fraterno. Participar es comprometerse activamente en la construcción de una sociedad más justa; ser solidarios es mirar al otro con empatía y actuar juntos para transformar la realidad. En El Pezote comprendimos que la verdadera ayuda nace del corazón y que, cuando trabajamos unidos, sembramos esperanza y construimos un mundo más humano y lleno de luz.

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